En reconstrucción.


Ayer bajé a tirar la basura para ver qué tal lo lleva Madrid.

Nos espera así, en reconstrucción, rehaciéndose, reinventándose, digiriendo estos largos silencios que no entiende.

Observándose.

Nos espera con sus cielos, eso no cambia, ahora simplemente tiene menos testigos de su magia.

Jamás le había ocurrido, sentirse tan sola, pero el sentimiento es mutuo.

Vivimos en un película sin director, mejor pensarlo así.

Y aunque sus colores bonitos no siempre se asoman por mi balcón, se lo perdono, porque se que al otro lado nos esperan sus cielos infinitos de nuevo.

N.

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