Ganas.


Con las ganas vistes las ansias. Con las ansias destruyes las ganas. Bucle perfecto e insaciable.

Y es que las ganas de todo se quedaron en nada, supongo que por eso no duermen, por eso solo tienen hambre a deshoras, y madrugan queriendo volver a trasnochar. Son valientes hasta que se asustan, son bonitas hasta que juegan a predecir el futuro. Son fuertes, tan fuertes, que no ven el límite, pero te llevan hasta él.

Son atrevidas e inolvidables, a ratos inaguantables.

Larga vida a las ganas, sanas, raras, las que resisten intactas al final de cada día y las que buscan acelerar para poder frenar a tiempo. Esas, las ganas con las que ganas.

N.


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