Vives de verdad cuando respirar escuece. Cuando ves que tu sueño podria vivir en la misma ciudad que tú. Cuando hay cosas que se vuelven significantes sin antes haberlo sido. Cuando responderías SÍ de forma rotunda y el No te parece impreciso. Cuando pensando te sorprende estar sintiendo, así sin tener ningún plan. Cuando cambias. Cuando no es tu cabeza la que te guía y tus pies ya van andando solos. Vives de verdad cuando tu y el miedo emprendéis el mismo viaje, se desatan los imanes, las luces bonitas pero cegadoras y los altavoces de la mente no se callan.
Mientras todo esto no ocurre, vivir parece fácil. Pero no hay nada de vida en lo fácil, porque vivir no lo es.

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