Yo digo que es cuestión de perspectiva.
Porque un día algo cambia y lo hace de una forma tan brutal como para convertir lo extraño en familiar, lo lejano en cálido, la excepción en refugio.
Aquí es donde mis pasos huyen solos. A pensar, a frenar, a vaciarme de vacíos y a llenarme de aire nuevo. Y desde hace unos días, ya no lo siento como el extraño que conocía, algo ha cambiado y además a veces se pone así de bonito cuando lo miro. 

N.

03/03/2019

Comentarios